La mayoría de las personas que hoy caminan en el mundo viven en una burbuja, una esfera grisácea, vacía y borrosa que hace que se pierdan lo verdaderamente importante que hay afuera; Por importante me refiero a conocer una persona especial, un anuncio que te grita algo significativo. Un simple momento que te haga reflexionar toda tu existencia. Ese rayo de luz que de la nada aparece y te dice algo revelador como “despierta” o exclama ¡estás vivo! La vida nos está pasando de largo, sí; El internet, la televisión, la tecnología nos ha rebasado a tal grado que vivimos enfrascados en esas redes. Nos mantienen atentos a cosas que nos distraen y nos quitan de un profundo pensamiento que puede llegar a ser sanador y sumamente reconfortante. La personas en general se han olvidado de sus metas y sueños, de eso que tal vez nunca persiguieron como escribir, viajar, pintar, diseñar, cantar o ser oradores en algún teatro. La mayoría de las personas se han estado perdiendo la vida misma.
El paso que damos en este mundo debe significar algo para nosotros mismos. Hacer de esas cosas que nos apasionan, que nos hacen tan felices un arte y que como tal, al mismo tiempo esas cosas nos destrozan, sin embargo debemos aprender que esa obscuridad nos ayuda a renacer y volver a empezar; Nos hemos olvidado de lo fundamental, de lo bueno y lo malo; Del miedo que sentimos como referencia a lo malo y sinónimo de fuente de impulso para cosas fascinantes y de lo que creamos por medio del amor refiriéndome a lo positivo y como motor de creación; Principalmente nos creamos a nosotros mismos y ese es el mayor regalo que tiene uno como ser, poder reinventarse las veces que el así lo decida.
Crear una vida maravillosa empieza desde buscar esas pequeñas cosas de las que tanto nos hemos estado olvidando; Seguir con planes, rebasar las rutinas, escribir, leer, dibujar; Hacer de cada instante por más simple que sea el más bello y significante momento de nuestra existencia. Nuestra clase de yoga, la comida con algún amigo o familiar, crear ideas, lograr en nuestro trabajo un ambiente sano y divertido. Hacer de nuestra vida algo con sentido, encontrarle el arte, el sabor al instante.
Exploremos en nosotros mismos nuestra grandeza; Destruyamos todos esos limitantes que nos impiden seguir descubriendo nuestro inagotable potencial; Sigamos permitiendo a el universo entrar en nosotros y hacer una explosión de lo más grandioso y divino que él contiene en sus raíces y entrañas. Liberémonos de fuertes ataduras y limitantes terrenales como el dinero, el miedo, la inseguridad, el sabotaje, y la indiferencia.
Busquemos salvajemente esos deseos que tenemos muy adentro de nosotros, esos pensamientos llenos de locura y creatividad; Que no nos olvidemos de la magia que nos invade día con día para seguir adelante, para seguir creando. Que siempre sepamos la fuente inagotable que somos de invención; Que cumplamos nuestros sueños por medio de las poderosas leyes del cosmos. Rezar, meditar, conectarnos con nuestro verdadero YO, ser esos seres que siempre deseamos, que entre más años tengamos sigamos sumándonos a nosotros mismos, que en vez de apagarnos sigamos encendidos.
Cada uno de los seres que hoy caminan en la calle tienen ideas y aprendizajes diferentes, distintas lecciones e inclusive importantes tareas que solo uno tiene en su ADN. En el paso de los años y caminando por este mundo me he dado cuenta de la importancia de saber que la vida no se detiene, no te espera; Debemos aprender a caminar, a seguir avanzando, a seguir brillando.
Para crear una vida maravillosa, que te guste y que disfrutes debes entrar en ti; Escucharte, reconocer esas cosas que tanto amas, que te apasionan, hacer de tu vida un arte para ti mismo, cumplir tus sueños, lograr tus metas y convertirte en un ejemplo para ti mismo de grandeza, determinación y autenticidad. Para tener una vida maravillosa no necesitas de mucho, necesitas de ti. –Diego De la Torre