Cómo ser una persona de luz entre tanta obscuridad

No sé si te ha pasado, que en el fondo, aunque sea alguna vez te has preguntado a qué vienes a este mundo; Seguro un instante te dio curiosidad el saber que tienes una misión, un trabajo interno muy profundo como ser espiritual que eres, teniendo la experiencia terrenal. Últimamente he escuchado a mucha gente diciendo que tienen que ser malos, humanos traicioneros y doble cara para poder sobrevivir en este espacio mundano, pero nunca te has preguntado, ¿qué pasaría si yo fuera diferente? Tal vez me iría mejor, tendría una vida más plena… La mayoría de los seres no saben sobre su lado negativo, no lo reconocen, tampoco saben cómo emplearlo a su favor y es ahí cuando el problema crece cada día.

Los seres humanos tenemos un lado de luz y uno de obscuridad, es una ley universal, como el ying y el yang, arriba, abajo, es algo que existe, es perfecto y muy funcional siempre y cuando lo sepamos emplear a nuestro favor. En nuestro lado de obscuridad se encuentra un carácter y un brillo que nos puede impulsar a hacer cosas grandes, y en nuestro lado de luz se encuentra una profunda verdad que nos ayuda a identificarnos como seres únicos y auténticos en este espacio.

Ser una persona de luz en este mundo no es tarea fácil, ya que a lo largo de tu vida encontrarás a muchas almas que se rigen más por su lado de obscuridad y tu ser como tal inconscientemente les molestará, con pequeñas acciones lo tratarán de apagar, y es ahí en ese preciso instante donde entra tu tarea de ser más consciente, más dedicado, más fuerte.

 La luz siempre opaca la obscuridad, por su color, por su manera de presentarse, por qué de este lado nada se agota, nada se extingue, todo siempre es mejor y más infinito. En nuestros momentos de obscuridad es dónde hacemos un potente trabajo interno de autoconocimiento y reflexión para seguir adelante, claro siempre y cuando seamos seres conscientes, racionales y que nos encontremos presentes en el aquí y en el ahora.

Desde el momento en el que nacemos ya llegamos con ese brillo personal, esa particularidad con la que viviremos siempre, es algo que nunca se quita ni se va, nos ayuda a afrontar la vida con una manera singular que nos hace únicos e irrepetibles; Esos elementos los debemos identificar por medio de un profundo autoconocimiento para ser consientes de ello y poder usarlos siempre a nuestro favor. Cuando hablo sobre conciencia propia me refiero a poder identificar esos puntos de grandeza que tenemos para poder potencializarlos. Por ejemplo, si tenemos una bella expresión de sonrisa, ¿por qué no saberlo para usarla más? El equilibrio entre lo bueno y lo malo, por referirle un nombre, reside en nuestra vida humana y espiritual, me refiero a un proceso de poder combinar ambas en el mismo espacio y jugar con ellas a nuestro favor. Ser seres iluminados pero con los pies firmes en la tierra, meditar pero dentro de nuestra vida cotidiana por ejemplo en la ciudad, ¿ves? Ese es el verdadero trabajo; Hacer de nuestra vida mundana una experiencia que va más allá de las cosas tangibles e incluir nuestro ser terrenal en el espiritual para así tener una de las experiencias más sublimes en nuestro paso por la tierra.

¿Cómo lo hago?

·Primero, dejar de buscar en el exterior esos elementos con los que soñamos y comenzar a buscarlos en nosotros mismos como el reconocimiento, ¿por qué no reconocernos nosotros? Apapacharnos, consentirnos.

·Hacer una profunda introspección para distinguir nuestros más puros sentires; No tengas miedo a que sean negativos, lo importante es identificarlos para poder trabajarlos; Entre más nos conocemos, más tenemos la oportunidad de amarnos.

·No abandonarnos, no permitir que nadie nos defina, una vez que nos reconozcamos como seres humanos perfectos, podremos cambiar esas cosas que no nos gustan tanto, intensificar las que si y usar nuestro derecho de reinventarnos día con día.

·Tener claras nuestras metas por medio de ese autoconocimiento para enfocarnos en ellas, trabajar arduamente en obtenerlas, visualizarnos, atraerlas y soltar para poder fluir; Visualizar el presente como el mejor momento de nuestras vidas.

·Escuchar mi propia música, mi son, saber que cada molécula de mi cuerpo fue creada perfectamente; Valorarme como una máquina transportadora de mi espíritu, abrazar lo mundano y viceversa para poder hacer esa conexión divina con los dos paralelos.

·Entender que no hay bueno ni malo, son circunstancias y una importantísima ley para poder comprender cada una.

Como es arriba es abajo se refiere a una potente y real ley de correspondencia, a que todo está conectado, a que somos parte del universo y nos encontramos en él, a que lo que sucede, por más diminuto que sea, en otro lado y en ese mismo instante es algo mayúsculo con mucho peso e importancia.

Para ser una persona de luz, toma conciencia de tu trascendencia aquí en la tierra, agradece y valora cada espacio divino del cosmos, entiende que todos somos todo y que estamos conectados con algo más fuerte y grandioso a nosotros, que la luna verdaderamente rige nuestros estados de ánimo y que nosotros tenemos el divino poder de hasta curarnos, que es mejor tender la mano; Y recuerda, Dios mora dentro de ti como tu eres. –Diego De la Torre

 

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